"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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19-09-2021 |
Marcelo Marchese
Siguiendo al pie de la letra un discurso elaborado en otro sitio, los medios de comunicación, siguiendo el hit "despacito, suavemente", preparan el camino para lo fatal.
Se trata de mostrarnos cómo ahora los niños comienzan a estar infestados de coronavirus y ya constituyen un 18% de los "positivos" ¿Por qué causa? Por obra y gracia de los "negacionistas", que pueden ser ya negacionistas disfrazadas de maestras y profesores, y eso lleva a que cierre por un tiempo el Life School, o pueden ser negacionistas disfrazados de madres y padres, y eso lleva a que el virus se extienda por todos los barrios.
Se dijo desde el principio que el coronavirus no afectaba a los niños, o que los afectaba mucho menos, pero como nos informa un eficaz artículo publicado hoy en El País (1), todo puede cambiar con la nueva cepa, pues la primera característica de este virus sería su letalidad, y la segunda, su variabilidad, pues puede mutar para cualquier lado y provocando cualquier cosa ¡Nunca se sabe con estos virus malévolos que emanan de los murciélagos! Un experto residente en Estados Unidos, interrogado por dicho diario, dice que "Hay algunos indicios preliminares de que esta variante afecta a los niños un poco más que las cepas anteriores", y un experto del Instituto Pasteur del Uruguay, interrogado por el mismo dicho diario, confirma a su colega del norte: "han aumentado mucho los casos graves y las hospitalizaciones en población no vacunada".
Llama poderosamente la atención el exhaustivo conocimiento de un simple integrante del Instituto Pasteur sobre la cantidad de infestados no vacunados, cuando, en audiencia judicial frente al Juez Gabriel Ohanian y a instancias del Doctor Cipriano Curuchet (2), el Ministerio de Salud Pública dijo que no disponía de esa información. El Ministerio no sabe cuántos de los infestados se vacunó o no se vacunó, y tampoco sabe cuántos de los muertos atribuidos al coronavirus se vacunó o no se vacunó, y lo que es peor, avisa que nunca lo sabrá.
Ya sabemos que la nueva cepa viene, tal cual fuera un plan del Diablo, a por los niños, pues es dable esperar que si bien el Diablo fue vencido en aquella batalla con Dios que registra el Génesis, al menos quedó con fuerza suficiente para estorbar la obra del Gran Creador, y una de las maneras más eficientes de estorbar, es con los virus, y otra, con ciertos periódicos. Habida cuenta que "Delta" ha fijado su mirada en los niños, debemos resguardarlos, cosa que ya hizo un País de avanzada en esto de encerrar a la gente y de vacunarla con una vacuna peligrosa, Chile, que ahora "habilitó" a que se vacune a partir de los seis años, paso previo, "despacito, suavemente", a vacunar a los recién nacidos.
Los negacionistas no entienden que estamos en dura lucha contra un virus que aniquiló al 0,0375 de la población del planeta, y amenaza con liquidar al 99,9625 que aún ha sobrevivido, y para controlar esta pandemia atroz es necesario que no queden grupos de personas "susceptibles" de agarrar el bicho y contagiar a todos los demás, por lo cual es imperioso aplicar una "estrategia pinza", vacunar a los niños y vacunar a los adultos con una tercera dosis antes de darle, "despacito, suavemente", una cuarta dosis ante la futura variante "Gamma", y antes de darle una quinta dosis ante la más futura variante "Épsilon", y así hasta la dosis ante la variante, seguramente de una letalidad infinita, "Omega", y luego vendrán nuevas dosis ante variantes del virus diabólico que ha decidido, en fija, colonizar a todos los alfabetos del mundo.
Por supuesto, al Sistema no le gusta vacunar a los niños, y menos aún con una vacuna que no ha podido testearse, como se testean normalmente las vacunas, en las ratas, por lo que la humanidad ha pasado a la categoría de rata. A propósito, por ley, cada medicamento que ingresa al País debe ser testeado, analizado y recontraanalizado por el Ministerio de Salud Pública, cosa que no ha sucedido con estas vacunas pues, hasta un negacionista podría entenderlo, el horno no está para bollos y no es momento de pararse en menudencias como son las leyes.
Al Sistema no le gusta vacunar a los niños, y si lo hace, como lo hará, no es por culpa del Sistema sino por culpa de Los Hijos del Diablo, los negacionistas. Mientras los niños no están "habilitados" para vacunarse, lo que se hace es protegerlos con el escudo de los vacunados. Mamá, Papá y los hermanos mayores, se vacunaron, al igual que los abuelos, tíos y primos, así que el niño no será preciso que pase a la categoría de rata. Nos lo dice el mismísimo Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, el mismo que estuvo derivando dinero a Wuhan en ese feo asunto de la ganancia de función, que significa, en plan guerra biológica, modificar genéticamente a los virus para hacerlos más letales, o para que obtengan las características que le convenga a los que manejan los virus. En suma, un virus "a la carta". El bueno de Fauci ya nos había advertido, sin embargo, que si cierto porcentaje de los adultos no se vacunaba, no habría más remedio que dársela a los niños.
Ahora bien, ni por un instante debemos confiar en Los Hijos del Diablo Negacionistas y Terraplanistas cuando dicen que a los niños no les afecta gravemente este virus. Lo dicen porque no están al tanto de "El Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico asociado a COVID", que es una peligrosa respuesta de algunos niños a la infección del virus.
En suma, amable lector, vienen a por los niños, que son, por destrozo, los que más han sufrido este delirio en que el capital financiero ha sumido al mundo, pues el que tiene Poder aspira a más Poder, y eso es lo que han obtenido, y vienen por más. Siempre vienen por más.
Tengo para mí que un hombre engañado sabe, en algún lugar, que ha sido engañado. Ese "en algún lugar" refiere a que cada uno de nosotros somos, en realidad, muchas personas. Hay uno dentro nuestro, más sabio, que nos dice "esa mina te miente", "ese amigo te mintió". No lo escuchamos, pero con el tiempo nos cae la ficha, aunque apenas si recordamos que una voz interior nos lo dijo. La humanidad entera sabe que asiste a una estafa colosal a causa del vil Poder y para conquistar más Poder. Lo sabe, pero su culpa la impulsa a no oír lo que sabe y a arrodillarse. Han sacrificado, de tiempo ha, sus vidas, lo que significa que han sacrificado sus deseos. La pregunta es si la humanidad estará dispuesta a sacrificar a sus hijos, contraviniendo la ley primera de la Naturaleza, que no es existir, sino reproducirse.
Todo animal da la vida por su criatura. Veremos si el Poder ha logrado desnaturalizarnos al grado de que sacrifiquemos, como Abraham, a nuestro hijo. Quién sabe si a último momento un llamado primitivo no detiene la mano del puñal.
(1) https://www.elpais.com.uy/informacion/salud/ninos-son-nuevos-contagios-covid.html
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